Un intento por atrapar esos
espacios-momentos-sensaciones que el
ser humano ha seleccionado como eternos.
Los recuerdos evocan todo lo humano: corazón, mente y espíritu. Estos
fragmentos de tiempo: útiles o inútiles, luz u oscuridad en nuestro camino,
encuentros y desencuentros con fantasmas del ayer, sentimientos encontrados…
todos son el resultado de nuestro andar por este mundo, son una síntesis de
vida. Revelen un pasado placentero o no, estamos condenados a almacenar
recuerdos por el resto de nuestra vida. Unos intentamos olvidarlos, expulsarlos
de nuestro ser. Pero basta una palabra, un objeto, un color o un olor para
tenerlos presentes nuevamente. Por lo tanto, muchos nos resignamos a ellos; los
evocamos de vez en cuando –o nos rendimos a su evocación espontánea-. En este
rendimiento a los recuerdos, algunos los gozan, otros los sufren, otros, los
más osados -los verdaderamente creadores de su propio destino-, los
reconstruyen, los enriquecen y embellecen para lograr la reconciliación y
comunión del presente con el pasado.
En este
viaje a través de los recuerdos que el tiempo se empeña en atesorar, Cuevas nos
invita a refrescar los nuestros y nos comparte los suyos; al deleitarnos con su
obra, construimos y saboreamos el presente.
María Elena Rodríguez Ramírez
No hay comentarios:
Publicar un comentario